Érase una vez un arbolito que todos los días parecía que estaba encendido. Tenía naranjas y limones fosforitos, frambuesas y nueces recubiertas de sirope de plátano, y un tronco hecho de láminas de chocolate. Unas sabían a vainilla, otras a fresa y algunas a helado de menta. Podías trepar hasta las ramas sin resbalar ¡porque este árbol esta diseñado para conversar! El Arbolito de los Deseítos era muy especial, porque además de parecer una verbena permanente, por todas las lucecitas que tenía presentes, guardaba un secreto: podías subir hasta su copa y pedir un deseo …